Flexible rigidez...

...rígida flexibilidad.

Sí, porque ya no hablamos de compartir o copiar información hablamos de plagio. ¿Que es plagio? Pues copiar descaradamente el trabajo de otra persona y atribuírtelo a ti. El otro día hablando de esto con un amigo me dice: "Es que te encuentras hasta los mismos fallos que has cometido repetidos una y otra vez". Y ahí está el problema, no solo que el plagio sea por si mismo algo condenable tanto moral como legalmente sino que además al plagiar, al copiar y pegar indiscriminadamente muchas veces no compartimos información, todo lo contrarío caemos en la desinformación. Desinformación que va pasando de unos a otros sin saber de la fiabilidad de la fuente original porque esta se ha ido diluyendo en las sucesivas copias.
Y a uno le gustaría que esto fuese una historia aislada y que saltase a los medios por eso mismo, por ser excepcional. Desgraciadamente la desvergüenza de la clase política y su desapego hacía los ciudadanos, aquellos que un día les votaron y que les pusieron donde están, parece ser intrínseca a la naturaleza del cargo y es raro el día que los titulares de las noticias no nos regalan un nuevo caso de corrupción. Y como es lógico todo tiene un limite, así que tanto despilfarro del dinero público, el nuestro, en obras colosales y muchas de ellas totalmente prescindibles (véase si no que es lo que ha pasado con los aeropuertos), solo para poder untar al arquitecto amigo, favorecer a determinadas constructoras y a la vez desviar unos jugosos cuartos a sus cuentas privadas, contratos millonarios con sociedades "ficticias" de amiguetes para llevárselo calentito, el pago de subvenciones millonarias a empresas fantasmas y muchas más acciones como estas han hecho que las arcas publicas se queden exhaustas y ahora, claro, vienen los "madremia". O como decía Quevedo: "De aquellos polvos vienen estos lodos" y tú pobre idiota contribuyente te sientas delante del telediario de turno a que te digan que los recortes económicos son necesarios, que las subidas de impuestos son imprescindibles para poder salir de la situación en la que nos encontramos y mientras que estás preparándote para que te sigan sangrando, ves como los casos de corrupción se multiplican y tienes la certeza de que pase lo que pase, ninguno, absolutamente ninguno de los que han estado metiendo la mano en el puchero impunemente y llevándose nuestro dinero van a devolver ni un ápice de aquello que nos pertenece.
Y estos pensamientos me llevan a recordar a una figura que estudié hace mucho en Derecho Natural, el padre Mariana. Juan de Mariana (1536-1623) fue un jesuita español y una de las figuras culturales más interesantes del S.XVI. En 1599 publica en Toledo su obra "De reges et regis institutione" (Sobre el rey y la institución real). En esta obra Mariana, defiende el tiranicidio, es decir el derecho natural de cualquier ciudadano de asesinar al tirano que oprime al pueblo. ¿Y que define como tirano? Tirano no es solo aquel que toma el poder por la fuerza y empleando medios violentos, si no que también lo es el rey legítimo que sube los impuestos sin consentimiento de sus súbditos, que expropia injustamente su propiedad o que impide que se reúna un parlamento democrático. Porque según él, el gobernante, en ningún caso puede considerarse propietario de los bienes de los ciudadanos. El tirano -decía- es aquel que "todo lo atropella y todo lo tiene por suyo".