miércoles, 31 de octubre de 2012

Los fantasmas de Zenshoan


La tradición de honrar la memoria de los difuntos es común a todas las culturas. Aunque la manifestación de esta tradición difiera de una a otra cultura, el sentimiento es el mismo: recordar de manera especial, durante esa celebración, a aquellos antepasados fallecidos.

En Japón esta celebración recibe el nombre de Obon u O-bon, o simplemente Bon. Suele durar tres días, se celebra desde hace unos 500 años y en ella se incluyen distintas ceremonias. La fecha de esta festividad recae en verano, bien en julio o en agosto, difiere de unas regiones a otras, según se basen en el calendario lunar (como nació originalmente la tradición), o en el calendario gregoriano, adoptado más tarde. Pero la fecha más común en el país es entre el 13 y el 15 de agosto, basada en el calendario lunar. Esta celebración recibe el nombre de Hachigatsu ("Bon" de agosto).

Durante el Obon son varios los rituales que se llevan a cabo: la Toro nagashi es una ceremonia espectacular por su belleza. En ella se ponen a flotar farolillos de papel en un río para que guíen a los espíritus de vuelta a su mundo y suele realizarse la última noche de la celebración.



El Bon Odori es un festival de danza tradicional que se celebra en lugares abiertos, alrededor de tambores taiko. Se baila música alegre para dar la bienvenida a las almas de los difuntos y tiene lugar durante la noche que es cuando se cree que estas regresan.


El Gozan no Okuribi o Daimonji supone la culminación del Obon y es uno de los festivales más emblemáticos de Kioto. En esta celebración cinco montañas de los alrededores Kioto son engalanadas con hogueras ofrecidas a las almas de los antepasados. Las hogueras toman diversas formas, la más espectacular es la del monte Daimonji, a la que se le da la forma del carácter kanji Dai, que significa grande.


Durante la celebración del Obon, el Templo de Zenshoan, al sur de Tokio, abre las las puertas de su galería, en ella muestra su peculiar colección de pinturas de fantasmas japoneses. Son 50 pinturas en seda que datan, casi todas, del siglo XIX. Esta colección está compuesta por una amplia gama de espectros ligados a la cultura japonesa. Algunos de ellos tienen un aspecto bastante horroroso, mientras otros son presa de una gran desesperación, en definitiva, una exposición "de miedo". Aquí os dejo una muestra de esta fantasmal exposición.



Esta pintura, basada en una historia antigua, representa el espectro de un pintor que vuelve de la muerte con el fin de proteger a su bebé de las manos de su asesino, un samurái enamorado de su esposa. El fantasma se protege bajo una cascada para ocultar a su bebé.


La cantante callejera ciega. Pintura de Utawa Hiroshige. Un singular espíritu que vaga por los ríos, con un shamisen bajo el brazo, buscando su próxima actuación. El desdichado que escuche su música sabe que pronto se encontrará en el mundo de los muertos.







Kohada Koheiji. La pintura de la izquierda representa el fantasma de Koheiji, asesinado por su esposa y su amante. Aún así, no se libraron de él. Este desgarbado fantasma vuelve para obsérvalos fijamente a través de la mosquitera que cubre su cama. Está basado en una popular novela del periodo Edo.

El fantasma de Kawakami Togai. Nos muestra una aparición de un espectro femenino que lleva en su regazo la cabeza de un hombre. Por la expresión del espectro y la delicadeza con la que porta la cabeza se supone que debió ser alguien muy querido para ella. Lo que no se sabe es si fue, precisamente ella, quién le cortó la cabeza.



Fuentes:


viernes, 26 de octubre de 2012

Enterrando San Esteban



Indignada, así es como quedé tras escuchar el pasado miércoles 17 de octubre una entrevista realizada en Onda Cero al concejal de Patrimonio y Contratación del ayuntamiento de Murcia, el señor Cosme Ruiz. Me cabreó, como supongo, que a muchos que la oyeran. No solo por el fondo, sobre todo por la forma, o más bien debería decir las formas. 

El fondo, por sí mismo, es absolutamente indignante, tras tanto tiempo dando vueltas con el yacimiento de San Esteban, la solución que parte desde la concejalía es tapar los restos hallados obrando una plaza pública sobre ellos. Según el concejal para protegerlo mientras que el ayuntamiento disponga del suficiente dinero para su musealización. Pero como dice el dicho: "Ojos que no ven, corazón que no siente" y no hay nada como echar tierra encima y a otra cosa mariposa, para que, cuando se nos olvide o nos descuidemos, ¡zasca! nos endiñen un parking donde los restos y si te he visto no me acuerdo.Y para ello (para la plaza, se entiende), tiene previsto un anteproyecto en el que se barajan entre dos y tres millones de euros. Que una dice, pues con ese dinero, puede que no te llegue para un museo pero sí para una cubierta bastante decente y poder empezar a adecuarlo para que, de una vez por todas, los murcianos podamos visitarlo, o para comenzar a tomarte en serio los trabajos dentro del yacimiento. Pero esto no es noticia ya, porque el pasado sábado leí una nota de el alcalde Cámara según la cual negaba el cubrimiento de San Esteban. Un miércoles nos anuncian la intención de cubrirlos y al sábado siguiente lo desmienten. Me pregunto, ¿a qué juegan con nosotros? ¿era un globo sonda para ver si ya pasábamos del tema?

A pesar, de que ya no van a cubrir los restos, aún así sigo cabreada ¿Por qué? Porque en la entrevista el señor Cosme Ruiz dejó muy clarito lo que pensaba sobre San Esteban. Declaró, acerca del yacimiento que para él tenía solo "cierto" valor histórico, no tenía ningún valor artístico y el arqueológico estaba por ver. Ponía en duda la importancia de los restos hallados y habló en un tono muy despectivo acerca de estos. Es curioso contrastar la opinión del señor Cosme Ruiz con la de arqueólogos y expertos que se han acercado a estudiar los restos del yacimiento, por ejemplo la de Guichard, profesor de Historia Medieval en la Universidad de Lyon, y considerado como una eminencia en arqueología medieval y cuya opinión, que os dejo en este enlace, difiere mucho de la expuesta por nuestro concejal. La forma de referirse al yacimiento habla abiertamente de lo que este supone para nuestros mandamases, en definitiva, un grano que les ha salido en el culo y no saben como deshacerse de él. 

Después de tanta lucha ciudadana para que el yacimiento no fuese destruido, después de conseguir la declaración de BIC para él, uno puede albergar la esperanza de que nuestro consistorio también crea que es algo que merezca la pena conservar, pero tras las declaraciones de este señor te das cuenta que no, que ellos siguen en su trece, a ver si nos pillan despistados y pueden construir cualquier cosa allí. Y es que Murcia parece condenada a que todos sus dirigentes gocen de una descomunal pasión constructora, solo comparable con la de aquellos pequeños Curris, esos incansables constructores que habitaban en Fraggle Rock




Ya está bien de enterrar nuestro patrimonio histórico para construir avenidas, calles, macro urbanizaciones y todo aquello que les pueda dejar pingües beneficios económicos. 

Con San Esteban primero fue la negación, tras ver que la evidencia era más fuerte que sus intentos de ocultarnos la realidad y, obligados a persevar los restos por la presión popular, vino el abandono más absoluto de estos, ahora intentan enterrarlos bajo una plaza con la intención de ver si nos olvidamos de ellos. ¿Qué será lo próximo?

Después de escuchar a este señor, no creo que nada bueno, habrá que estar atentos y seguir defendiendo nuestro patrimonio y rogar a ver si la suerte, la Virgen de la Fuensanta o los hados nos conceden un concejal de Patrimonio y Contratación al que le guste más el patrimonio y menos la contratación.


Entrevista concedida por  Cosme Ruiz a Onda Cero el 17/10/2012. La entrevista comienza en el minuto catorce y merece la pena escucharla para ver con que "tono" habla el concejal de Patrimonio y Contratación de  "nuestro" patrimonio y en especial de San Esteban. 



Aquí abajo os dejo algunos enlaces de interés para aquellos que se quieran poner al día sobre el tema:

http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=403668

http://paleorama.wordpress.com/2012/04/15/murcia-propuesta-para-concurso-del-yacimiento-arqueologico-de-san-esteban/

http://yacimientosmedievo.blogspot.com.es/search?updated-min=2012-01-01T00:00:00-08:00&updated-max=2013-01-01T00:00:00-08:00&max-results=18

http://www.laopiniondemurcia.es/murcia/2011/02/17/declarado-bic-yacimiento-san-esteban/303561.html

http://www.yase.es/yacimiento.html

jueves, 18 de octubre de 2012

Ir a IKEA


Esta historia comenzó hace mucho, mucho tiempo. Puede que así:

-Él: ¡Oh, vaya! Menuda Troglodita tan macizota acaba de pasar como se descuide me la llevo para la cueva.

-Ella: Que Troglodita más fuertote me acabo de cruzar. Me voy a hacer la loca, a ver si hay suerte y me lleva a su cueva...¡Qué ganas tengo de tener un Troglodita que caze mamuts para mí sólita!


Este fue el inicio de un contrato, más o menos, tácito por el cual, él cazaba mamuts  mientras ella cuidaba de la cueva y de la prole de ambos. Este contrato, con ligeras variaciones, se fue prorrogando a lo largo de los siglos, hasta que a él se le subió a la cabeza lo de salir a cazar mamuts y se puso un poco pesadito y tontorrón con el tema: "...que  como yo cazo los mamuts, tengo derecho a tal y cual y tú no, porque no los cazas y patatín, patatán..."

Total que ella no tuvo más remedio que explicarle varias cosas, entre otras, que los mamuts hacía mucho que se habían extinguido y por lo tanto el primer contrato ya no tenía validez. Ante la reticencia de él optó por romper unilateralmente el contrato y creó otro nuevo: a partir de ese momento ambos podían salir a cazar mamuts, o lo que fuese que hicieran ahora fuera de la cueva, y ambos cuidarían de la cueva. A él, este último contrato no le hizo mucha gracia, pero no le quedó otra que aceptarlo.

Después de tantos siglos, sin hacer uso de la cueva nada más que para traer los mamuts, a él se le hacía muy cuesta arriba lo del cuidado de la misma y no le entraba en la cabeza que implicaba algo más que sacar la basura, mantenerla limpia o libre de goteras. El cuidado de la cueva era mucho más complejo que eso, requería que la cueva fuese acogedora, que estuviese ordenada y, sobre todo, lo más cuqui posible. Ellas que llevaban a cuestas muchos más años de dedicación en el tema lo tenían totalmente dominado. Por eso, cuando llegaba el catalogo del IKEA a la cueva, lo devoraban entre tremendas exclamaciones de felicidad: ¡Mira que mesa, tan mona! Quedaría ideal en el comedor. Mientras que ellos lo miraban de reojo y gruñían: ¡Para qué necesitamos otra mesa! Esta está muy bien, le pones una tapón de la Coca-Cola debajo y no se nota que cojea ni nada...

Ir a IKEA juntos, de buen grado, se convierte, por tanto, en un problema. Ellas podrían ir solas o con otras ellas. Eso solo sería válido para marcos de fotos, velitas, cojines y otras memeces por el estilo. Pero para las cosas verdaderamente importantes para la cueva: una mesa, una mecedora, una cocina, es absolutamente necesaria la presencia de él. ¿Por qué? Primero, porque después de tanto tiempo cazando mamuts y llevándolos a la cueva han desarrollado una fuerza bruta que ellas no poseen. Si hay que llevar peso, lo mejor, sin duda, es que vaya él. Y segundo, y no menos importante, ellas son listas, muy listas. Saben que el contrato especifica claramente que ambos se ocuparán de la cueva, e ir a IKEA es imprescindible para el mantenimiento de esta. Si ceden en este punto, por tonto que parezca, podría significar que él se acomodase en otros puntos. Esto no es posible, todavía añora mucho lo de salir a cazar mamuts. Así que a ella, que es muy lista (¿lo he dicho ya?) no le queda más que establecer diversas estrategias para hacerle creer, a él, que va libremente y porque quiere.

La primera vez que van a IKEA es la más sencilla de todas: "Total, si solo vamos a mirar, no necesitamos nada", dice ella. Él se lo cree. Cuando ambos vuelven con el maletero cargado hasta arriba (ella con una sonrisa de oreja a oreja y él blanco de ver lo que les ha costado todo aquello), jura y perjura que no volverá. Ella le da la razón en todo, a la vez que mira arrobada  lo que han comprado, pensando lo monísima que va a quedar la cueva con todo aquello: "...sí, es cierto, la de gente que había, que cola tan larga, es de locos, toda la tarde perdida... no creo que volvamos...". Él se lo cree.

La segunda vez es más complicado ir, es necesaria, la estrategia: "Mi madre quiere que la acompañemos" (aunque también puede ser una hermana, una cuñada o una amiga, eso sí, imprescindible que no venga ningún otro "él"), esta estrategia suele ir acompañada de: "No creas que a mí me hace gracia, pero está tan sola la pobre..." Esta vez, él gruñe igual que  la anterior pero en silencio, ante la camaradería de ellas, no se atreve a decir nada, aunque en su fuero interno jure y perjure que no, que no volverá más.





La siguiente vez hay que refinar la estrategia. Así que ella, con todo el dolor de su corazón, pero sabiendo que la causa lo merece, se atiene a lo absolutamente imprescindible, le dice: "Ya sé que es un rollo, pero es que aquí está tan bien de precio, he estado buscando en otros sitios y nada, carísimo". Como es lista (no sé si lo he mencionado antes), busca un horario en el que haya poca gente y cumple a rajatabla. Esta vez él sale de mejor humor. Han llegado y han pasado de la exposición, han cogido directamente lo que necesitaban y apenas habían colas, total la compra la han hecho solo en media hora. Ella le comenta: "Que bien esta vez, ¿no?, cuando tengamos que volver lo haremos así". Él se lo cree.

Vuelve a llegar el catalogo a la cueva, y vuelve a surgir la necesidad de compras "absolutamente imprescindibles". El plan de ella funcionó a la perfección la vez anterior, por lo tanto, él que cree que esta vez será igual, va más predispuesto (¡ingenuo!). Llegan y ella se dirige a la exposición. Él dice desconcertado: "¿pero es que vamos a ir a la exposición?". Ella responde: "claro, no te veo muy seguro, prefiero que lo veas como queda. Si no te gusta, no lo compramos". Durante la visita, se distraen varias cosas no "absolutamente imprescindibles" en el carro, pero él que está muy ofuscado pensando que le han vuelto a hacer una encerrona no es plenamente consciente hasta que llegan a la caja. Pagan y se dirigen a coger el coche del parking. Él, durante todo el camino, refunfuña que ya no volverá más. Llegan al coche, cargan y se disponen a salir mientras que él sigue refunfuñando que ya no volverá más. Al intentar salir del parking se dan cuenta de que se ha puesto a llover a cántaros y que para salir se ha formado una interminable cola. Esperan pacientemente en el coche a que la cola decida moverse mientras él no deja de refunfuñar que ya no volverá más. Tras tres cuartos de hora en el coche, y comprobar que la cola ha avanzado cinco centímetros, deciden volver a aparcar el coche, cenar dentro del IKEA y dar tiempo a que la cola sea menor. Se dirigen al restaurante para descubrir atónitos que los propietarios de los otros vehículos aparcados que no están en la cola del parking han tenido la misma brillante idea que ellos y todos están haciendo cola para cenar allí, el refunfuña que ya no volverá más. Como fuera están cayendo chuzos de punta, y en coche no pueden salir, deciden, a pesar de todo, quedarse a cenar. La cola es infinitamente larga, esperan tranquilamente su turno, mientras él no deja de refunfuñar que no volverá más. Después de cenar y descubrir que fabrican las albóndigas con lo que les sobra de hacer los muebles, ella se dirige al baño. ¡Otra cola bestial! ¿Que pasa? "La señora de la limpieza está fregando el baño y dice que hasta que no acabe y se seque tenemos que esperar", le informa amablemente otra ella que también está en la cola. ¡Hasta aquí podríamos llegar! ¡Estoy de colas, hasta el mismísimo! Se dirige a la señora que limpia el baño y le dice de la manera más educada posible que puede hacer con la fregona lo que quiera, pero que ella no guarda una cola más. Las demás deben pensar, más o menos, lo mismo porque se organiza un pequeño motín a la puerta del baño que acaba con la mujer de la limpieza recogiendo sus trastos de malas maneras. 

Cuando, por fin, logran salir de aquella ratonera, ella exclama en plan Scarlett O'hara: "Juro y perjuro que no volveré a pisar el IKEA  en mi puñetera vida". Pero os puedo asegurar que esto solo sucederá hasta que llegue el nuevo catálogo a la cueva.



viernes, 12 de octubre de 2012

Kumi Yamashita. Arte en la sombra







Kumi Yamashita (Maebashi,1968) es una artista de origen japonés, aunque vive y trabaja en Nueva York. Estudió Bellas Artes en la escuela de arte de Glasglow, Reino Unido y en el Cornish College of the Arts, Washintong. Desde entonces ha recibido varios premios y becas que le han hecho posible crear piezas únicas y poder exhibirlas por todo el mundo.

Su trabajo nunca deja de sorprender. Utiliza diversos materiales y técnicas con las que consigue crear obras totalmente innovadoras. Quizá las más impactantes visualmente sean sus series de proyecciones de sombras, en las que demuestra un total dominio de la luz y también de la sombra. Utiliza para ello una gran variedad de objetos: acero, papel, azulejos, que acompañados magistralmente por la  luz, hacen surgir, casi por arte de magia, sombras totalmente inesperadas. Kumi define así su obra: "He experimentado con luz y sombras junto con otros medios para examinar lo que separa lo sólido de lo efimero, lo visible de lo invisible, lo interno y lo externo"







Fotografía


Si entráis en su página podréis ver otros trabajos de esta artista, no menos asombrosos, como su serie Constelación, en la cuál, con solo tres elementos: un panel de madera pintado en blanco, clavos galvanizados e hilo de costura continuo, consigue realizar unos bellísimos retratos.




O esta otra serie de retratos conseguidos frotando un lápiz sobre tarjetas de crédito usadas por las personas dibujadas, llamada Frotamiento. Destaca de esta serie los retratos realizados a Samuel Beckett utilizando grabados de sus propios manuscritos.




sábado, 6 de octubre de 2012

Mi blog cumple un añito



Esto era un día que estaba tranquilamente por casa...nianianiaaa... niananinooo...cuando, de repente, siento un gran vacío de actividad (más conocido como aburrimiento), que me invade por completo. 

- A ver, a ver ¿que hago? - me dije a mí misma 

- Mmmm...no sé...¿que tal un blog? - me respondí 
- ¿Un blog?...bueno, va - me volví a responder (es lo que tiene ser Géminis, que puedes mantener unas conversaciones muy amenas contigo misma). 

Bien, pues de esto hace hoy exactamente un año. No estoy muy segura si es una fecha para recordar o más bien para olvidar, solo me limito a constatar que ha sucedido. Más que nada por esa manía que tenemos de ponerle lacitos al tiempo, y empaquetar momentos para luego sacarlos a pasear y llamarlos aniversarios.




El pobre nació muy chiquitín, sin más ambición que matar un rato de aburrimiento pero, poco a poco, ha ido creciendo y se ha hecho un hueco importante en mi día a día. 

Empezar es fácil, entras en una plataforma de blogs gratuitos (¿se llaman así?), eliges un diseño, un nombre y listo ¡Ya tienes un blog! Lo difícil viene después, que es llenarlo de contenido y lo más importante, que ese contenido guste. Es decir, llegar a los lectores. Los primeros seguidores son fáciles de conseguir y para ello despliegas todas tus habilidades sobre tu entorno más inmediato.

- Hola, ¿sabes que tengo un blog?

- Vaya, que interesante...¿y eso para que sirve?
- Mmmm...ehhhh...da igual, tu entras en esta dirección y me sigues.

- ...esto...¿te había comentado que me he hecho un blog?

- Así como unas 800 veces.
- Entonces, se puede saber ¿porqué demonios no has entrado ya y te has hecho seguidor?
- Vale, vale, no te pongas así, que ya entro.

Tienes un blog, publicas entradas y tienes lectores (que supuestamente te leen), la cosa debe de ir rodada y así es. Te dedicas a publicar, comentas tranquilamente con todo aquél que, gentil y amablemente, se acerca al blog y la vida es de color de rosa, hasta que haces LA ENTRADA. Un día abres tranquilamente el blog y descubres una ingente cantidad de visitantes. ¿Que ha pasado? ¿Una excursión de japos con cámaras se ha perdido en el espacio cibernético y ha ido a parar a mi blog? No, es una entrada tuya, que mira por donde, ha gustado y mucho (o eso prefiero imaginar). De primeras te entra el pánico escénico, es decir, te acojonas. ¿Y ahora qué? ¿Tengo que publicar siempre lo mismo para no defraudar a los visitantes? Yo era feliz con mis visitas de andar por casa, mi blog era como una tertulia en mesa de camilla, pequeñito, acogedor. Madre mía, ¡tanta gente no me cabe en la mesa de camilla!...¿qué hago? Pero el momento desconcierto es seguido por este otro: ... y, ¿si tuviese siempre las mismas visitas? 


Así que comienzas a ver páginas para descubrir como puedes atraer más visitantes, y te dan consejos como estos:


- ESCOGE UN TEMA SOBRE EL QUE SE CENTRE TU BLOG.


¿Uno solo? ¿Es absolutamente necesario?...vale, esto no voy a ser capaz de cumplirlo.

- ELIGE UN NOMBRE PARA TU BLOG QUE SEA ACORDE CON EL TEMA QUE VAS A TRATAR.


Genial, con el nombre que he elegido mi blog parece de tricotar, más que otra cosa. Demasiado tarde para cambiarlo.


-PUBLICA ENTRADAS DE CALIDAD.


Chupado, ¿es que no sabéis que acabo de hacer LA ENTRADA?


-ATRAE LECTORES A TRAVÉS DE LAS REDES SOCIALES.


¿Comooorrrr? Si acabo de borrarme del fb, y me he despedido hasta del Zuckerberg (una que es muy cumplida). Bueeeenooo, entro de nuevo, todo sea por el niño, digo por el blog, que crezca sanote y fuerte.


Después de leer estos sabios consejos entiendes que lo llevas crudo. Aún así, continuas en tus trece y acatas lo que puedes. Comienzas a modificar el aspecto del blog, interactúas en las redes y ves como, poco a poco, va creciendo y a tí se te cae la baba.


En estas andaba cuando una amiga me propuso crear una página en el fb para nuestros blogs, si pincháis aquí la veis y si vais arriba, a la primera foto de la página, también. Emprendí una nueva aventura, que me gustó mucho y duró poco, porque la falta de tiempo me obligó a abandonarla. (Y no sé como agradecerte Isa, que a pesar de haberte dejado en la estacada, sigas enlazando mi blog en la página como si todavía perteneciese a ella). La falta de tiempo, también, me hizo abandonar las redes sociales y si me apuras, casi ni me deja asomarme por estos lares. Pero aquí sigo, luchando contra "tiempo y marea", sobre todo porque me gusta tener este rinconcito para poder escribir sobre lo que me apetezca. Cuando acaba la jornada, no hay nada como ponerte a escribir, me gusta, me relaja, me hace desconectar. No sé si lo hago bien o mal, supongo que todo se puede mejorar y soy consciente de que, cuando acabe de pelearme con las comas y los puntos, lo haré mejor. 

En resumen, ha sido un año lleno de experiencias, he abierto las puertas de un mundo que desconocía y he aprendido mucho. También he descubierto otros blogs, es apasionante este mundo, vas saltando de blog en blog y te quedas sorprendida, no solo de la cantidad de blogs que hay, si no de todo el talento que encuentras. Cuando no escribo me encanta darme una vueltecilla por otros sitios y dejar que sean ellos los que me cuenten una historia, los que me comenten una noticia, los que me hagan pasear por lugares que no conozco o me dejen sin aliento con su arte.

Y a pesar de todo, lo mejor, sin duda, de este año habéis sido vosotros. Sé que suena tremendamente pelota, pero es cierto. Cuando comienzas a escribir, el mayor temor que tienes, más que no gustar, es que nadie te lea. Saber que estáis, conjura todos mis miedos y me anima a seguir, por eso quiero daros las gracias a todos los que de una manera u otra os habéis asomado, durante este año, a este modesto, a la par que acogedor, lugar del ciberespacio. A algunos les habrá gustado, a otros no, eso no importa, lo importante es que estáis ahí y que cuando entro al blog y veo las visitas, sé que mis palabras no las he escrito para el viento, que aunque quede muy poético, es muy poco alentador. Así, que de nuevo...¡gracias por estar ahí!