jueves, 10 de mayo de 2012

enREDada




Ya decía Aristóteles que el hombre es un ser social por naturaleza. Viendo el auge que tienen las redes sociales, muy desencaminado no andaba. Una muestra de ello es el anuncio que ha hecho Facebook de su salida a bolsa que se producirá el próximo 18 de mayo, con una valoración entre 85.000 y 95.000 millones de dolares, superando al gigante Google que lo hizo con una valoración de 23.000 millones de dolares, allá por el el 2004.

¿Tan rentable es un negocio basado en las relaciones sociales? Parece ser que es un valor seguro, que va "in crescendo" día a día. Un estudio de la Universidad de Harvard (Massachusetts) nos viene a explicar que el éxito de las redes sociales radica en la satisfacción que nos produce hablar de nosotros mismos. Aún así, resulta paradójico que en una sociedad donde cada vez se pierde más el contacto cercano con el que tenemos al lado, sin embargo, crezcan tanto las relaciones virtuales. Puedes llegar a relacionarte mucho más con alguien que vive en Australía que con tu vecino de portal del que solo obtienes un escueto buenos días. Y aunque parezca cosa de locos, es nuestro día a día, al que ya nos hemos hecho y que de alguna forma nos resulta imprescindible.

Porque tienes un negocio, porque tienes familia en Kuala Lumpur, porque eres artista y quieres promocionarte, porque te aburres soberanamente, porque encuentras información interesante, porque estás al día, porque quieres encontrar a la gente del insti o de la universidad o a la del cole y saber que ha sido de ellos, porque lo tiene todo el mundo que conoces, porque tienes un blog (los motores de búsqueda te indexan más si tu página está en alguna red social, que jodíos...), en fin, cualquiera de ellas son excusas totalmente válidas para acercarte a este mundo.

Empezar es fácil, primero eliges una red social, hay muchas pero todo el mundo acaba, casi siempre, en las mismas. Elegir una red es como salir de copas, según el ambiente que busques entras en un local o en otro. Si eres madurito, te gusta contar un poco tu vida y subir fotos, tu lugar es Facebook. Tuenti es para la chavalería. Twitter es más moderno, muy inmediato, pocas fotos, pocas palabras y, a cambio, muchos enlaces. Google+, existe. Linkedin, para relaciones laborales. Pinterest es muy visual, genial para la gente que trabaja con imágenes, chulisimo, se te pasa el tiempo volando de imagen en imagen. Hay más, muchas más pero estas son las más concurridas o las que yo más conozco. Yo en particular prefiero Facebook, pero noooo es por lo de madurita, que va, es que me gusta enrollarme como las persianas y los 140 carácteres de Twitter me saben a poco.

Segundo, te haces un perfil donde pones todo lo que quieres que la gente sepa de ti. Y claro, aquí no aparece nadie con la Biblia en la mano, diciéndote: "Jura usted decir la verdad, toda la verdad,...etc". Así que la imaginación es libre, si tu sueño oculto es ser Carmen Miranda, aquí tienes tu lugar.  Este es uno de los atractivos de las redes, puedes ser quien quieras, el anonimato está de tu parte. Pero puede suceder que te hayas abierto un perfil para buscar gente con la que has perdido el contacto, o que seas muy honesto y sí quieras decir "toda la verdad". Por tanto pones toda tu información, tu nombre con tus dos apellidos, (para que no haya duda posible de que eres tú), una foto tuya en la que salgas medianamente decente (para nada imprescindible) y toda tu vida resumida en cuatro preguntas. ¡Alma de cántaro! No, si yo solo lo voy a utilizar con las personas que conozco. No es cierto. Cuando pierdes la candidez del comienzo, te das cuenta que quizás has puesto demasiada información, que poco a poco, has ido agregando desconocidos a tu perfil y que tal vez no sea demasiada buena idea exponerte tanto. No hay problema, puedes cambiar tu perfil cuando quieras, la gente lo hace constantemente, la foto, el nombre, el estado o todo a la vez. Si, hay gente que literalmente "muta" y lo peor es que lo hace sin previo aviso a los que tiene agregados. Así que un día cualquiera te conectas y ves pasar por tu muro a Nosferatu.


Claro, te quedas atónita. ¿Desde cuando soy amiga de Nosferatu?...¡Ya está! Me he dejado el Fb abierto y alguno de los chicos me lo ha estado trasteando...¡Niños como volváis a entrar en mi Fb, os enteráis!

Más tarde descubres que no, que es que tus amigos cambian alegremente de personalidad. Otro día, pasa por delante de tí una tal Mª Carmen, que no te suena de nada. ¿Quién es esta chica? Te vas a su perfil e indagas....de Cuenca, pues sigue sin sonarme...sigues indagando y...oh, que decepción!!! Resulta que la tal Mª Carmen de Cuenca era Tarzán de la Jungla, jo, con lo buen chico que parecía, los momentos inolvidables vividos, lo cachas que estaba. Las ilusiones de que esta amistad acabara en un paseo en liana por la jungla, al traste ¡Malditos perfiles! Te embarga la desilusión y ¡hala, fuera!

Es otra de las indudables ventajas que tienen las redes, ese botoncito de tu perfil que pone desagregar. Es mágico, alguien no te cuadra, le das y desaparece de tu vida virtual (lo reivindico desde ya para el mundo real). Porque cuando entras en este mundo, tú, alma cándida donde las haya, piensas que solo vas a agregar a la gente de tu entorno. Pero poco a poco comienzas a coincidir con gente que no conoces de nada, y te pica el gusanillo...y si le mando una invitación, parece maja, pone "me gusta" en mis comentarios, bueno va...y ahí comienza una expansión sin límites, otro de los indudables atractivos de las redes sociales, conocer gente nueva. Toda una aventura. Al principio eres muy selectiv@ solo gente que parezca tener un perfil serio, pero poco a poco vas soltándote la melena y los criterios de selección/ aceptación de tus amistades suelen ser tan maduros como: que foto de perfil más chula tiene, ¡uy, que nombre más raro!...será chico o chica?, voy a ver... y te lanzas como una loca en brazos de la amistad cibernética y esto es lo que mola de las redes sociales, la cantidad de gente que conoces con la que puedes hablar de intereses comunes, con la que echas unas risas, intercambias información, descubres cosas nuevas, en fin pasas un rato agradable y todo esto cómodamente sentada desde el sillón de casa, en zapatillas, en pijama, como quieras, pero sin tener que arreglarte para salir.

Aunque no tardas en descubrir que además de la gente maja, agazapados en perfiles inocuos también hay lobos esteparios ávidos de inocentes que se crucen en su camino. Porque el ser humano es así, transmitimos  nuestras miserias y virtudes en todo lo que tocamos. No sé si es el anonimato que hace a la gente sentirse impune, que la mala baba existe en todos los mundos o las dos cosas. Pero la realidad es que hay personas que no entiende que esto es solo una forma de evadirte, que la vida real ya es suficientemente complicada como para encima conectarte y tener que ver a gente insultándose, peleándose, criticando, etc. Por todo esto, esta opción de "eliminar amigos" viene de narices, ves que te has equivocado con los amigos que has agregado, pues los haces desaparecer y listo. Tampoco hay que tomarse lo de las redes muy en serio, es solo una forma más de comunicación. ¿Encuentras amigos? Encuentras gente con la que conectas muy bien, pero un amigo no es solo la persona con la que charlas todos los días, creo que la amistad es algo más. ¿Sabes realmente quien se esconde detrás de ese chic@ que pone "me gusta" a todo lo que subes, que te dedica palabras de aliento desde la distancia, que te habla de la amistad sin límites? En realidad no tenemos ni idea, las palabras aduladoras salen fácilmente de la boca de cualquiera y es mejor andarse con pies de plomo y no dejarse conquistar fácilmente por cantos de sirena.

Las redes sociales han venido a aportar otra forma distinta de información, más inmediata, más cercana; una nueva forma de relacionarnos fuera de los habituales círculos: familia, trabajo, amigos... Usémoslas pues, pero basándonos en el sentido común y el respeto hacía los demás.