Un año más ya está aquí, nos guste o no, es inevitable. La celebración de la Navidad puede que te guste hasta la médula o puede que te de ganas de vomitar y salir corriendo pero, año tras año la cita es ineludible.
¿Qué celebramos en Navidad? En nuestra cultura, la que nos ha tocado por haber nacido donde hemos
nacido, el nacimiento del Redentor, del Salvador. Es lo que nos han enseñado desde pequeñitos ¿Y si hubiésemos nacido, en otra época, en otras culturas? ¿Hubiésemos
celebrado lo mismo? Curiosamente, sí.
Las primitivas sociedades agrícolas se basaban en los ciclos
de la naturaleza y en los acontecimientos astronómicos que se relacionaban con
ellos, es decir los solsticios de verano e invierno y los equinoccios de
primavera y otoño.
En el solsticio de invierno (la noche más larga del año), se
conmemoraba el nacimiento de la luz, era conocido como “la puerta de los
dioses”, del “dios Sol” o del “Sol invictus”. Es decir, la luz vencía a las sombras, a la noche. Los días comenzaban a
ser más largos, la luz iría creciendo
poco a poco y con ella, la vida de nuevo. Es decir, estamos ante el nacimiento
de un nuevo ciclo de la naturaleza que representa la fecundidad de los cultivos
y de los animales que les servían de alimento. Por tanto, todo un acontecimiento digno de celebración.
“Los persas y los egipcios, los fenicios y los sirios, los
griegos y los romanos, los aztecas y los incas, los hindúes y otros pueblos,
celebraban en aquel día el parto de la reina de los Cielos, la Virgen, y el
nacimiento de su hijo, el dios solar” E. Royston Pike. (Historiador de religiones)
La lista de dioses que nacieron el 25 de diciembre es, pues, amplia. A todos aquellos dioses se les conocía como el “Salvador”. Comencemos:
-Attis, dios frigio llamado “el Salvador”, “el Buen Pastor”
o “el Hijo de Dios”, nació de una virgen, Nana, un 25 de diciembre. También fue
crucificado y resucitó al tercer día para salvar a la humanidad. Su resurrección
se celebraba en primavera.
-Buda, nacía de otra virgen, Maya, el 25 de diciembre. Lo
anunció una estrella y lo visitaron unos sabios que le llevaron onerosos regalos.
-Krishna, era hijo de Dekavi, también virgen. Nacía en una
cueva establo iluminada por una estrella y las vacas lo adoraban.
-Osiris, dios egipcio, nace de la virgen Isis-Meri, también un
25 de diciembre. Fue anunciado por una estrella y nació en un pesebre. Un poema
egipcio celebra su nacimiento de la siguiente forma: “¡Nos ha nacido un niño,
el Niño! ¡Venid y adoradlo!
-Dionisios, dios griego llamado “el Redentor”, “el Salvador”,
“el Ungido”, nacía de una virgen, Semele, el 25 de diciembre.
-Frey, dios escandinavo, hijo de Odín y Friga también nació
un 25 de diciembre.
Y la lista se puede ampliar ¿Coincidencias? ¿Capricho de dioses nacer en tan señalada fecha? ¿O, tal vez, que desde siempre hemos venido celebrando lo mismo?
Hemos ido cambiando los nombres, adaptando las celebraciones a las distintas culturas, pero el fondo que subyace en todas ellas es el mismo. Y es que a pesar de los años transcurridos, a pesar de los avances tecnológicos, a pesar de nuestros conocimientos, no dejamos de ser "pobres diablos" un poco perdidos en la inmensidad del universo que habitamos.
Así que, "pobres diablos", os deseo: "Feliz Navidad"
Información procedente de:
"El catolicismo explicado a las ovejas" Juan Eslava Galán
Edit. Planeta S.A., 2010 (pags. 70, 71, 78)