Comienza la información meteorológica, el presentador aparece en pantalla, con su traje de chaqueta impoluto y sin corbata (en plan "arreglao pero informal"), peinado con gomina y mostrando una amplia sonrisa. Mira a la cámara y anuncia con gran alegria : Señores, la noticia hoy es que...¡BAJAN LAS TEMPERATURAS!...
- ¿Siiiii?- Te dices para ti misma, incrédula, pero en el fondo ilusionada y notas como todos los poros de tu piel celebran la noticia, gritando al unísono: ¡BIEN!
"...Por el norte peninsular -continua diciendo- notaremos un acusado descenso de las temperaturas, que vendrá...blablabla, blablabla..." Y tú continuas perpleja, mirándolo de hito en hito, pensando en si existirá algún país del mundo en el que jugar con las ilusiones de los televidentes esté castigado con torturas atroces, para enviarlo allí con billete de ida y sin vuelta, mientras maldices en todos aquellos idiomas que sabes y en los que no sabes también. Y es que a estas alturas del verano y con lo que llevamos encima, que para llamar nuestra atención y mantenernos delante de la pantalla utilicen este tipo de argucias es cruel, es bajo, es ruin.
Lo malo es que hay ocasiones en que se columpian más de la cuenta y tu compresión, un poco desgastada de tanto uso, se desvanece por completo. Aparece el guaperas del tiempo en la playa, para esta ocasión y para ir un poco más acorde con el entorno, opta por un look más casual, en mangas de camisa, eso sí camisa de vestir, que no se diga que los chicos del tiempo no tienen clase y estilo, estén donde estén. Y con su inconmensurable sonrisa nos da la nueva: "Parece que este fin de semana el calor nos da una tregua y asistimos a un descenso generalizado de las temperaturas" ¿Un descenso generalizado? ¿Donde? ¿En tu despacho cuando pones el aire acondicionado? Y en tu imaginación visualizas al guaperas meteorológico como a Bill Murray en Atrapado en el tiempo, condenado a retransmitir una y otra vez "El día de la marmota", en un bucle del tiempo infinito, pero en este caso atrapado en la Gran Vía murciana de por vida, hasta que sea capaz de una vez por todas de dar correctamente la temperatura en Murcia.
Murcia parece ser que tiene un microclima que va a su bola y hace lo que le sale de las mismísimas, por tanto es difícil predecir el tiempo aquí, pero en verano es fácil, muy fácil, hace calor, mucho calor, más calor del que tú te empeñas día tras día en decir que hace. La formula para saber la temperatura real que tendremos es sencilla, súmale, como poco, cuatro grados más a lo que te dicen que va a marcar el termómetro y ya te vas haciendo una idea aproximada del calor que vas a pasar.
Lo único que es de agradecer es cuando anuncian un aumento de las temperaturas, porque en el peor de los casos lo único que puede pasar es que acierten y no te pille de sorpresa y en el mejor, que no acierten y...!!que alegría para el cuerpo, madre!! Que te esperes un día caluroso y te encuentres con que corre un levante que da gusto, es de agradecer. Una tregua en este interminable verano es, sin duda, uno de los mejores regalos. Porque pese a que me gustaría cantar aquello de Amaral: "No quedan días de verano, el viento se los llevó..." me temo que todavía nos queda mucho por sudar.