O pantomima, como mejor gustéis. Y no me refiero al género teatral donde
se usa la mímica, me refiero a la segunda
acepción de la palabra: Comedia que se hace para simular algo. Porque es lo que
mejor define al debate al que vamos a asistir esta noche.
Un debate en el que todo está pactado y si alguien espera
ver sangre sobre la arena o trapos sucios sobre la mesa ya puede ir cambiando
de canal porque aquí no lo va a encontrar, ya que uno de los pactos es no hablar de sus
miserias, es decir no hablar de los casos de corrupción política que cada uno
de los partidos quiere guardar a buen recaudo. Porque esta noche señores vamos
a asistir a una comedía en la que estos dos personaje se erigirán como próceres
y salvadores de la patria y de todos los ciudadanos de a pie que poblamos esta.
Y sacarán el Bálsamo de Fierabrás que
cada uno guarda en la manga para
salvarnos de esta demoledora crisis. Además de escuchar las mentiras,
acusaciones y promesas falsas de siempre poco más dará de si este debate en el
que se han invertido una cantidad ingente y vergonzosa de dinero, que tú como
pobre e ignorante imbécil de a pie piensas: ¿En serio no hay otra manera mejor
de invertir el dinero en estos tiempos donde no estamos para tirar mucho?
Y en eso que ya que estas pensando aprovechas y también
piensas ¿Qué sentido tiene un debate entre un tipo que las encuestas dan como
claro ganador y otro que por mucho que salte no llega? ¿No suena a pérdida de
tiempo? Y sigo pensando: a mí como
ciudadan@ me gustaría más conocer otras opciones políticas no las que me tengo
sabidas de memoria. ¿No sería mejor el debate entre otras opciones, poder
conocer sus proyectos, lo mismo hasta me gustan? Pues parece ser que no, es
mejor fomentar el bipartidismo ¿porqué juegan “al contigo no puedo vivir pero
sin ti tampoco”? Fácil, los votos son dinero, cualquier voto o escaño conseguido
se traduce en dinero para el partido (incluso los votos en blanco benefician a
los ganadores), así que si no le puedo quitar el voto a la derecha o la
izquierda pues mejor jugamos el partido a dos y las ganancias a medias.
Y es que está visto que en este país estamos condenados a
ser de derechas o de izquierdas y no puedo menos que recordar a Machado cuando
decía aquello de: “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las
dos Españas ha de helarte el corazón”.
¡Cuánta razón tenía y que poco hemos cambiado!