miércoles, 28 de diciembre de 2011

1969

 

 

     "Día 24 de diciembre de 1968. La comisaría, desierta. Alsina, en su despacho, con la sempiterna botella de Licor 43 que le acompañaba como una extensión de su ser y la radio, al fondo, emitiendo, monótona y constante, villancicos insufribles y loas al nacimiento de Jesús.
     A veces se dormía bajo la cálida luz del flexo metálico. Cabeceaba, yendo y viniendo  de su plácido y voluble mundo onírico a la realidad en decenas de viajes que se repetían una y otra vez. Le gustaba más el mundo de los sueños; allí él era un hombre con todas las de la ley, un policía autentico y su mujer, Adela, lo respetaba y amaba.
     De vez en cuando ojeaba el periódico que tenía delante: "Esta mañana entrarán los cosmonautas  en órbita lunar", rezaba el titular. Le parecía increíble que alguien pudiera llegar tan lejos. Aquellos tipos, decididamente estaban locos.Una fotografía mostraba a un tipo sonriente, el astronauta del Apolo VIII William Anders, que mostraba orgulloso su cepillo de dientes."

1969. Jerónimo Tristante.                                                                                                        


       Quizá porque la trama comienza en una Nochebuena o tal vez por que comulgo totalmente con  Alsina, el protagonista, en su odio hacía la Navidad, creo que tocaba hablar de esta novela precisamente ahora. Sí, la intriga de 1969 comienza la Nochebuena de 1968, en una capital de provincia, Murcia.  El hecho de que la novela discurra en mi ciudad por supuesto que ha sido un aliciente más para que me guste, como no recordar aquellas interminables subidas al Puerto de la Cadena cuando eramos niños, los coches tirados en la cuneta con el motor humeando y el dueño previsor con la botella de agua en la mano, por ejemplo, o pasearte por lugares tan familiares y cotidianos como Trapería, Verónicas, Gran Vía o el Hotel Reina Victoria pero desde la perspectiva de 40 años atrás y no podía faltar por supuesto lo murcianísima y emblemática Cresta del Gallo. Aún así, me habría dado lo mismo que la novela hubiese estado ambientada en Guadalajara o en Kansas City, me habría gustado igual, porque es abrirla y no poder cerrarla hasta acabar de leerla.


     Tristante hace una genial combinación entre realidad (historía) y ficción. Abre de nuevo la puerta a una vieja teoría conspiranoica sobre uno de los acontecimientos más importantes para la humanidad. Y todo ello lo combina con la vida cotidiana de aquella España franquista de moralidad pacata, con el pulso diario de una pequeña capital de provincias donde nadie es ajeno a nadie y con el recuerdo de algún personaje de la historia de Murcia (Ruiz Funes). A esto le añades un mucho de intriga y suspense...et voilà!!! El resultado una estupenda novela para devorar sin prisa pero sin pausa. Atentos a todos los detalles!


     ¿Que tiene que ver la llegada del hombre a la Luna con un pueblo perdido de Murcia? ¿Y porque es tan importante el "suicidio" de una prostituta el dia de Nochebuena? Pues te invito a que abras sus páginas y lo descubras, seguro que no te arrepientes. Totalmente recomendable.