Sortilegio a la Luna enjugascada
Pálida y coquetona, te arropas con mullidas nubes,
juegas a aparecer y desaparecer entre ellas.
¡Para, ya! te exhorto.
¡Deja que tu mágica luz bañe la oscura noche!
Y tú, niña obediente,
cejas en tu jugueteo y al fin, luces mágica,
ahuyentando, de una vez por todas,
las oscuras sombras que, mis sueños, atenazan.
Isa