Ya tengo en mis manos el último libro de Javier Sierra. Después de "El ángel perdido" juré y perjuré que se había acabado, que no volvería a leer nada de él. Pero, como se dice: nunca digas de este agua no beberé, y aquí estoy enredada con un nuevo libro suyo. Descubrir los misterios que esconden determinados cuadros es un cebo demasiado goloso al que no me he podido resistir.
No puedo decir que el comienzo haya sido decepcionante, porque no es cierto. Es lo que esperaba, si lees a Javier Sierra sabes a lo que vas. Aunque, según mi opinión, este chico, en cada libro, lo que va es a peor. De todas formas solo es el comienzo, puede que incluso termine por gustarme, ya diré algo cuando lo acabe.
Porque esta entrada no es para hablar de "El maestro del Prado", sino de la extraña asociación de ideas por la que la lectura de este libro me ha recordado a Martin La Spina.
Martin La Spina es un pintor Argentino nacido en 1973 y es francamente difícil de encuadrar. Puedes definirlo como surrealista, pero a su vez posee un lado realista estremecedor. Mezcla el mundo real y el irreal con gran maestría y crea nuevos mundos donde la imaginación no tiene límites. Si bien es complicado escoger una de sus facetas, creo que lo que más me gusta de él es su renovada mirada sobre el mundo del arte y su especial reinterpretación de determinadas obras de la Historia de la Pintura.
Quizá ha sido eso lo que me ha hecho relacionarlos: los mensajes que podemos encontrar ocultos en algunas pinturas, y esa lectura tan particular que él hace de algunos cuadros, esa reinvención tan suya de las obras clásicas con un mensaje en cada una de ellas, que nos hace esbozar una sonrisa cómplice.
Miradas que hablan por sí solas, ¿verdad? En su página podréis encontrar muchas más pinturas, aquí solo he puesto una muestra de las que más me han impresionado, un poco de todo su trabajo. Pero os aseguro que no hay ninguna obra suya que no merezca una contemplación reposada.
Página de Martin La Spina:
http://www.martinlaspina.com.ar/