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domingo, 16 de diciembre de 2012

Aniversario del nacimiento de Jane Austen



Dos acontecimientos recaen en estas fechas sobre la figura de Jane AustenUno de ellos se celebra hoy, el aniversario de su nacimiento. Jane nació tal día como hoy, el 16 de diciembre de 1775, en Steventon, Inglaterra. El otro tendrá lugar el 28 de enero del próximo año, en el que se celebrará el 200 aniversario de la publicación de su obra más famosa, Orgullo y Prejuicio.


A poco que te muevas por Internet encuentras numerosas páginas dedicadas a esta escritora británica y en todas, de una forma u otra, se preparan para la celebración de estos eventos. No hay duda, no solo de que la obra de Austen  sigue plenamente vigente en la actualidad, sino que además continua moviendo muchas pasiones.

Esto me ha llevado a recordar un post que leí hace tiempo en Recuerdos de Pandora. El post, que podéis ver pinchando aquí, narraba el experimento llevado a cabo por el escritor inglés David Lassman en 2007. Lassman decidió demostrar la falta de rigor existente en el mundo editorial a la hora de escoger obras para su publicación. Para ello seleccionó varios capítulos de distintas obras de Jane Austen, entre ellas Orgullo y Prejuicio, donde incluía su famoso comienzo: “Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa”. Les cambió el título, el nombre de los personajes y se hizo pasar por una escritora que buscaba un editor para su primera novela. Envió las copias de los capítulos de la obra de Jane Austen a un total de dieciocho editores ingleses, de los que solo le contestaron quince. Entre las respuestas que recibió, ninguno, excepto uno de ello, un ayudante de editor, fue capaz de reconocer la obra de Austen, considerada como un clásico de la literatura inglesa. Además opinaban que la obra carecía de la calidad suficiente como para ser publicada con éxito. ¿Chocante, no? Da mucho que pensar. Sobre todo, la suerte que hemos tenido de que Austen no se topase con individuos como estos en su día y que su obra haya podido llegar hasta nosotros.

¿De qué editor partió la idea de publicar una segunda parte de Orgullo y Prejuicio? Lo desconozco totalmente, no sé si fue alguno de los que entraron en el experimento realizado por Lassman o cualquier otro. El hecho es que a nosotros ha llegado de manos de la editorial Bruguera. La muerte llega a Pemberley de P.D. James, se presenta así, como una continuación de Orgullo y Prejuicio, de hecho la obra continua donde Jane Austen la dejó. James quiere, de esta forma, realizar un homenaje a su autora favorita, Jane Austen.

La muerte llega a Pemberley fue una de mis lecturas de este verano. La novela me causó tanta indiferencia que no vi la necesidad de hacer una entrada sobre ella, sin embargo, sí considero oportuno traerla ahora a colación, precisamente por lo mencionado más arriba sobre el mundo editorial, es decir, sobre aquellos que deciden que es lo que debemos o no leer. Y creo, sin temor a equivocarme, que el que la autora sea una consagrada escritora con varios éxitos a su espalda es lo que ha llevado a los editores a no dudar en su publicación. Y a los críticos, al servicio de las grandes editoriales a realizar ingentes elogios sobre la obra: “Un verdadero logro” Independent, “Una novela perfecta” USA Today, “Jane Austen estaría orgullosa de la gran dama del crimen” Spectator, son solo algunos de los que acompañan al libro. Está claro que se apuesta fuerte por el éxito fácil, dos mismas escritoras, con mucho “tirón”, juntas en una misma novela (Jane Austen y P.D. James), producen más beneficios que una obra de calidad de un autor desconocido. Esto, o que mi gusto literario está bastante atrofiado. 

Como he dicho, la novela me resultó totalmente indiferente, ni me gustó, ni me disgustó. Una novela que no está mal, pero tampoco bien y, desde luego, que no está a la altura de Jane Austen, como quieren hacernos creer. Es cierto que el misterio no es uno de mis géneros favoritos, pero una buena obra de misterio te engancha desde el principio de manera irremediable y este no es el caso. He de reconocer, no obstante, que consigue plasmar el ambiente de una burguesía atrapada en unas rígidas e incompresibles normas sociales y poblada por unos individuos totalmente relamidos y muy pagados de sí mismos, nada más. Pero, falta algo, la chispa, ¿y la ironía de Austen?, ¿dónde está la ironía? Si en algo estoy de acuerdo con P.D. James es que, como ella dice al comienzo de su novela, si Austen hubiese escrito esta novela, seguro que lo habría hecho mejor.