Poco a poco el otoño se va abriendo paso y le va ganando la partida al caluroso verano. Se ha hecho dueño y señor de las mañanas y nos regala unas mañanas suaves, delicadas, tiernas y acogedoras. Mañanas en "su punto" como yo las llamo, ni demasiado frías, ni demasiado calientes, listas para degustarlas en su totalidad acompañadas de lo que nos apetezca. Y mientras el verano sigue siendo el dueño y señor del resto del día, que bueno, poder disfrutar de estas maravillosas mañanas otoñales.