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lunes, 23 de febrero de 2015

Lunes de cine


No hay día en el que se hable tanto de cine como este lunes. Hoy toca irremediablemente dar nuestra opinión sobre los premios, la gala, los premiados, los ganadores, los perdedores, los que pasearon por la alfombra, en fin, un sinfín de opiniones cinéfilas. Es normal, los Oscars, nos guste o no, son los premios más importantes de la industria del cine. Y el cine sí que nos gusta, y mucho.

Puesto que la originalidad no es mi fuerte y que me apasiona el cine como al que más, por ser el día que es, no puedo dejar de caer en la tentación de hablar de él. O mejor que hablar, mostraros estos carteles cinematográficos que he encontrado. Son carteles hechos a partir de la mezcla de películas que, en principio, no tienen nada que ver, pero juntas suponen un desafío a la imaginación más descabellada. Creo que son geniales.






Shortology Jurassic Psycho

Shortology El Superman con diamantes

Shortology The Titanic Strikes Back


Shortology El silencio de los simios


Shortology Americana Basterds


Shortology ET & Louise


Shortology 301 Dálmatas


Shortology Bill extranjero

Shortology Lincoln Manostijeras


Y de la misma página estas curiosas infografias. ¿Como resumir una película en pocas palabras? O, mejor dicho, ¿en pocas imágenes? Aquí lo tenéis. ¿Ingenioso, verdad?


Django Unchained Shortology póster
Django Desencadenado

Pulp Fiction Shortology póster
Pulp Fiction

The Exorcist Shortology Poster
El exorcista
Avatar Shortology póster
Avatar
El Señor de los Anillo Poster Shortology
El Señor de los Anillos

ET Shortology póster
E.T.
El cartel Matrix Shortology
Matrix

Shortology Extranjero Poster
Alien

El cartel Shining Shortology
El Resplandor




martes, 17 de febrero de 2015

Claus y Lucas. Agota Kristof


Mentimos constantemente, de forma deliberada o inconsciente. Pequeñas mentiras o grandes engaños. La mentira es habitual en nuestro día a día. Envolvemos la verdad con un velo de falsedad para que esta sea más atractiva, para conseguir un propósito, para evitar el daño que puede causar la realidad o, simplemente porque nos gusta. Existen muchas razones por las que mentimos. Pero, ¿y cuando nos mentimos a nosotros mismos? A veces es necesario crear una realidad paralela. Un lugar donde poder refugiarnos de la existencia que nos ha tocado vivir. Un pequeño mundo que no tiene porqué ser idílico. La crueldad, la maldad o la sordidez pueden ser una muy buena vía de escape de una verdad absolutamente demoledora.




Claus y Lucas, es una gran mentira o puede que una absoluta verdad. El lector deambula por sus páginas con la incertidumbre de no saber qué terreno está pisando, si el de la resbaladiza mentira o el de la firme verdad.

No es una novela fácil. No solo porque te puedes sentir perdido en muchos momentos de su lectura, sino porque, además, es una novela dura en la que la autora no escatima a la hora de mostrarnos el dolor, las miserias, la crueldad y la podredumbre que habitan en nosotros. Su narración está desprovista de adornos. Nos ofrece los hechos tal cuál, de manera breve y escueta, libres de emociones y calificativos. Tampoco los necesitan, los acontecimientos hablan por sí mismos. Dice Claus (o, ¿tal vez Lucas?) en El gran cuaderno: 


    "Las palabras que definen los sentimientos son muy vagas; es mejor evitar usarlas y atenerse a la descripción de los objetos, de los seres humanos y de uno mismo, es decir, a la descripción fiel de los hechos".

¿La"descripción fiel de los hechos"? Estaríamos hablando entonces de describir la realidad, la verdad de lo que vemos o acontece, ¿no? O de lo que queremos ver. Comienza aquí un juego en el que la escritora, nos pasea por páramos llenos de dudas en los que el lector no es capaz de discernir la verdad de la mentira.

Agota Kristof nos describe a lo largo de esta trilogía ("El gran cuaderno", "La prueba" y "La tercera mentira") la historia de dos hermanos gemelos que son incapaces de vivir separados y sin embargo están destinados a estarlo. La unión entre Claus y Lucas es tal que al lector le puede costar en ocasiones saber distinguir cual de los dos es el que nos narra la historia. Y tal comunión nos la refleja la autora de manera magistral con el juego de palabras que es el nombre de los protagonistas: Claus y Lucas, un mismo nombre con las letras cambiadas de lugar.


   "Algunos días más tarde empezamos la escuela. Cada uno en una clase distinta.Nos sentamos en la primera fila.    Estamos separados el uno del otro por toda la longitud del edificio. Esa distancia entre nosotros nos parece monstruosa, el dolor que experimentamos es insoportable. Es como si nos arrancasen la mitad del cuerpo. No tenemos equilibrio, nos da vértigo, nos caemos, perdemos el conocimiento."


Las atrocidades de la guerra, o el sinsentido del régimen totalitario son los escenarios por los que transcurre esta novela y la vida de los protagonistas. Convirtiéndose en el eje a través del cuál girará su enseñanza vital.


    "La abuela nos pega a menudo con sus manos huesudas, con una escoba o con un trapo mojado. Nos tira de las orejas, nos da tirones del pelo.    Otras personas también nos dan bofetadas y patadas, no sabemos muy bien por qué.    Los golpes hacen daño, nos hacen llorar.    Las caídas, los arañazos, los cortes, el trabajo, el frío y el calor también son causa de sufrimiento.    Decidimos endurecer nuestro cuerpo para poder soportar el dolor sin llorar. (...)    Nos golpeamos fuerte, cada vez más y más fuerte.    Pasamos las manos por encima de una llama. Nos cortamos con un cuchillo el muslo, el brazo, el pecho, y nos echamos alcohol en las heridas. Cada vez nos decimos:    -No ha dolido    Al cabo de un cierto tiempo, efectivamente, ya no sentimos nada. Es otro quien siente dolor, otro el se quema, el que se corta, el que sufre."


La autora comentó sobre su obra: "No ha sido fácil recuperar las memorias desagradables de mi pasado. No puedo volver a leer mis libros, porque me hieren de verdad, o tal vez sea porque me parezco demasiado a mi escritura seca, negativa, desesperanzada". Esa sensación de herida abierta es la que transmite. Como dije más arriba no es una novela de fácil lectura, sin embargo es imposible dejar de leerla una vez que la comienzas, sus páginas te atraen como un imán. Es dura, es extraña y,sobre todo, inolvidable.



Claus y Lucas. Agota Kristof.
El Aleph Editores. Colección Booket, septiembre de 2014.



lunes, 2 de febrero de 2015

Pedro Fausto Rodriguez. Delicada intimidad.




Hace poco, bicheando por aquí y por allá, descubrí este cuadro. Me gustó la delicadeza de la imagen. La luminosidad tenue que envuelve la escena aporta al realismo de la misma un halo mágico. Y tanto la luz del cuadro como la suavidad de los tonos empleados crean un momento de una sensibilidad y belleza única.

Quise saber más acerca de este artista y su obra, y lo que encontré me gustó mucho. Sus obras transmiten serenidad y calma. Es capaz de capturar el tiempo de pequeños instantes y eternizarlos en sus cuadros de forma sutil y delicada. Nos deja adentrarnos en una intimidad ajena, que no es la nuestra pero que podría serlo. Logra crear en sus cuadros una atmósfera casi tangible, que nos hace cómplices de estos pequeños momentos robados al tiempo.

De la mano de estos retratos femeninos hallé otros, sus retratos infantiles. Las miradas limpias e inocentes de los niños retratados parecen querer traspasar el lienzo y materializarse. Da la sensación de que estamos visualizando no el niño, sino su alma, su esencia. He de decir que yo, que nunca he sido especialmente "niñera", me quedé muy impresionada por estos cuadros y son el motivo principal de que haya traído a este gran pintor, a esta modesta página.

Pedro Fausto Rodriguez es un artista canario, nacido en Tijarafe en 1955. Ha realizado varias exposiciones de su obra no solo en su Canarias natal, sino también en Madrid, Barcelona, Holanda y Alemania.





Olor a hierba luisa







Niña dibujando Óleo Lienzo Figura


Niña jugando Tabla Óleo Retrato



Niña con libro Óleo Lienzo Figura


Cabeza sobre franja azul


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Más obras suyas en:

http://pedrofausto.artelista.com/